Quizás no lo sabes, pero ya empiezo a cansarme del tira y
afloja, del sí pero no, de ser siempre yo. Igual no te has dado cuenta de que los demás
también sienten, de que poner todo en un lado de la balanza quizás no sea lo
ideal. Al menos no en nuestra situación.
Quizás no te has dado cuenta, pero ya no me esfuerzo, ya no
me preocupo y ya no tiro de todo. No es por ti. Bueno, en realidad sí. Me he
cansado de estar sosteniendo la cuerda sobre la que caminamos los dos, yo sola,
de ver como si fuera por ti no habría ninguna dirección. Me he cansado de poner la otra mejilla, de
aguantarme las ganas de pelear, o de decirte que despiertes que esto no va a
seguir así mucho más tiempo. Ya no. Ya lo he hecho. Ya he peleado, ya te lo he
dicho y ya he puesto mi mejor sonrisa a algo que quizás ya no existe.
¿Qué hago? Ojalá me lo dijeras tú, porque te aseguro que yo
ya no lo sé. Ya no sé qué hacer. Ya no sé ni cómo me siento respecto a todo
esto. Ojalá pudiera decírtelo, pero no me aclaro. Desearía que no hubieses
cambiado tanto como lo has hecho, que todo fuera como antes, pero no. Ya no.
Pero como ya te dije, las cosas cambias, se enrarecen o se
distancian sólo si dejamos que lo haga. Pero tenías razón, tú ya has dejado que
pase.
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