miércoles, 4 de febrero de 2015

Llueve por no llorar.


Qué maldita manía tengo de pensarte cuando mejor estoy. De sentirme mal por seguir adelante, queriéndome aferrar a ti, con fuerza. 
Maldita la manía de compararte, de pensar que todos son igual que tú. Y a veces, incluso, que tú eras mejor. Aunque no sea verdad.
Maldita manía de desearte aquí abrazándome otra vez. Que se me pasa al segundo, cuando te recuerdo de verdad. 
Y qué maldita manía tengo de auto-hundirme cuando estoy asomando la nariz del agujero en el que me has metido. Tan profundo. Que a veces parece que me da miedo la vida fuera de él. 
Creo que debería llorar hasta hartarme dentro del agujero, y luego salir. Pero ya no te puedo llorar, ya no me sale. He dejado de sentir las emociones suficientes hacia ti como para llorarte.. Ahora solo siendo todo el dolor que me provocaste. 
Cuando se ha ido el amor, que era lo que me protegía de sentir esto, el dolor me ha atacado de golpe. Y no sabes lo molesto que es, tampoco creo que lo sepas nunca. Nunca dejarás que nadie te afecte tanto. Nunca te mostrarás vulnerable con alguien como para implicarte de la misma manera que yo contigo. 
Me dueles porque has hecho estragos de mi. Porque no puedo salir adelante, porque has conseguido que me auto-boicotee y estarás orgulloso de joderme de esta manera. 

Ojalá hoy pudiera llorarte, llorarte hasta no poder más. Así me quitaría lo que llevo dentro. Pero no puedo. Por eso llueve. 

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